Preludio

Partamos del principio. Siempre llego tarde, así sea un minuto.

Así nací, hice esperar a mi madre casi un día para pasar de su útero a las manos del pediatra encargado de recibirme en este simpático mundo.

bebé


Actualmente vivo en un estado de eterna fluctuación entre el optimismo irreal y la desesperación de ver como ese optimismo se diluye entre los numeritos que dan la hora en mi celular (nunca usé reloj, mucho menos ahora que esta "in") y el tráfico limeño.


Aquí vamos

Lima gris panza de burro, lomo de rata, ha sido el medio ambiente de mi vida, salvo breves excepciones, durante casi 30 años y recuerdo que al principio de mi adolescencia era bien divertido viajar en coaster / combi: yo llegué a vivir aún la época en que podías fumar en el transporte público, simplemente sentándote al fondo y abriendo bien la ventana. Solamente te miraba mal la infaltable vieja cucufata.


Por otra parte, era el mejor momento para escuchar música. Audífonos a mil, ponía el cassette y me olvidaba del mundo por una hora - tiempo promedio de viaje desde mi casa en el Rímac hasta casi cualquier lado - y a veces un poco más.

Podías también leer (porque cuando eres joven tienes tiempo para leer y lees lo que más te guste leer) y ahí la vieja cucufata te miraba súper bien, con un gestito de aprobación insulsa, que obviaba si estabas leyendo cosas que ella en su puta vida entendería o valoraría.


Pero todo ese tiempo es pasado - y tal vez por eso es mucho mejor- y creo que nunca volverá, pues no sólo cambié yo, mis hábitos y disposiciones, sino también cambió Lima y cambió la coaster y cambió la gente.


Día A:

Me despierto a las 6 a.m., muero de sueño y hago todo en automático, pero con una sonrisa implícita: "me levanté temprano, bien carajo". Salgo de mi casa, entre una y otra cosa, 6:30; llego a la esquina, veo el reloj y al fondo viene la 36 - milenario carro de colores carne (?) y blanco que me deja exactamente en la puerta del trabajo. Es mi día, no hay duda.


Sé que este carro se demora un huevo pero es mi día y me levanté temprano y me puse mi polo de Carpathian Forest y qué podría salir mal. Hay sitio y me subo, intento cualquier cosa pero antes de poder reaccionar ya me dormí, son las 6:38 a.m.


La ruta de este carro es, como la de muchas líneas de Lima, enorme, y por eso mismo, me confié. Me despierto por Plaza Manco Cápac y pienso "ah todavía puedo dormir..." Pasa un rato, me despierto por segunda vez en Arenales con Javier Prado... me despierto por tercera vez en Angamos, a dos cuadras del trabajo, me saco las legañas, bostezo, me paro y en la puerta vuelvo a ver la hora en el celular.


8:17 a.m. De nuevo llegué tarde (Colofón)

Resumen: me desperté a las 6; tomé el carro 6:38; llegué a trabajar a las 8:20. Casi dos horas de tráfico. Seamos condescendientes, digamos que me demoro 1:30 cada vez que tomo ese carro. Son 3 horas diarias. 15 a la semana. 60 en un mes. 720 en un año. Es decir: exactamente 30 días. Un mes del año viajando en la 36.


¿Y qué hago en ese mes? ya no fumo, aparte que ya no soy parte del colectivo de fumadores de Lima, así lo fuera ya no puedo. No te dejan, hay una ley contra eso.

Cada día que paso en el transporte público sueño con que se implementen leyes contra cosas un poco menos dañinas pero más frecuentes:


Ley 25839432443242 PROHIBIDO LLEVAR TAPERS DE CHIFA O POLLO A LA BRASA EN UN VEHÍCULO DE TRANSPORTE PÚBLICO.


Por razones de seguridad (o inseguridad) la gente no abre las ventanas. Incluso hay micros y coasters donde las ventanas están ¡selladas! ¡en invierno y verano! Entonces todo el aroma delicioso de medio pollo a la brasa con papas y ensalada o un tallarin saltado se convierten más o menos en una tortura. Obvio que no me va a dar cáncer por eso pero estoy seguro que un día podría matar a alguien y eso sería mucho más eficazmente letal.


Ley 32193'1293142891234666 PROHIBIDO EXPONER A LAS DEMÁS PERSONAS QUE 

VIAJAN EN TRANSPORTE PÚBLICO A LA MÚSICA QUE TÚ ESCUCHAS.


Hace poco me enteré de una ley o proyecto para que los choferes no pongan su música a todo volumen mientras el resto viaja. Honestamente esto disminuiría el rating de máximo 4 emisoras (Radiomar, Nueva Q, Moda y Radio Felicidad) pero nos daría tranquilidad al resto que ya sufre bastante con las bocinas, los policias, los llamadores, los cobradores gritando y la gente hablando de su vida, TODO sonando al mismo tiempo. Pero no. Mil veces no.


La tecnología le dio al mundo, una voz. Lamentablemente el mundo está lleno de gente. Gracias a los celulares con televisor y speakers incorporados, toda la horda humana a la que me integro diariamente en el micro tiene la facultad de propagar las ondas sonoras de : el capitulo de hoy de Al fondo hay sitio, Reggaetton Cristiano (como si una cosa o la otra no fueran suficientemente mierdosas per se), o lo que sea. LO QUE SEA. ¡¿Cómo es que pueden comprarse un celular de por lo menos 300 lucas pero no unos audífonos?!


Ley 93112321312321 PROHIBIDO SUBIR A UN MEDIO DE TRANSPORTE PÚBLICO RETANDO LAS LEYES DE LA FÍSICA.


Todos sabemos que los choferes y cobradores están dispuestos a dislocar tus articulaciones por 0.50 céntimos. Lo sabemos, lo vivimos. Pero que haya gente, tan desesperada por llegar a su destino que esté dispuesta a treparse a un micro LLENO, no lo concibo.


Ambas situaciones llevan a lo mismo: Estar sentado en una coaster en la que luego de 45 segundos de semáforo en rojo, es simplemente imposible moverse. No se puede. No sin poner en riesgo tu salud o tu reputación (porque es probable que sin querer violes a alguien por desplazar un pie al costado). 


Y el otro asunto tampoco lo entiendo. Si estoy apurado viajo en taxi. Si no estoy apurado, espero un carro con asientos. Si no tengo plata salgo más temprano. No puedo perjudicar a alguien por un tema tan mío como puede ser mi horario o mi economía.


Ley 83828428428432324 PROHIBIDO SUBIR CON NIÑOS PEQUEÑOS A UN MICRO/BUS/COASTER/COMBI LLENO.


Esto si me emputa. Si tomo en cuenta la ley anterior a esta y soy capaz de entender que es respetuosa por los demás seres humanos, ¿cómo no entender que aplica para tus propios hijos?


Lo peor es que la ley está a su favor y el sinsentido común limeño también: Esperan que uno le ceda asiento a la mujer que sube con tres hijos (un bebé, y dos comiendo chizitos) a un micro donde ya nadie puede moverse, la cabeza del niño roza peligrosamente con el poto de la mujer de edad mediana que se balancea casi dormida al costado de su madre, que a la vez da de lactar a su hermanito mientras saca de los pliegues de sus mamas el monedero para satisfacer la necesidad del cobrador que va gritando "pague con shencillo varón" mientras escucho reguetón a todo volumen, cuido que no me bolsiqueen y ruego por que no suba más gente, especialmente cualquier "población vulnerable" que haga que todo el micro - que a estas alturas ya es lo más parecido a una lata de atún, por compresión y olor - se mueva cual cubo de rubik a fin de encajar en un solo medio de transporte, lo políticamente correcto, la angurria, la falta de criterio y el casi nulo respeto por el otro, es decir, todo lo que NUNCA falta, en el transporte público limeño.


(continuará...)

(Prox. capítulo: El Metropolitano o como viajar como el Sr. Garrison)

Capítulo 1: crazy combi
Viajando en el transporte público limeño y tratando de no morir o matar a alguien en el intento.